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Mar 10 2020

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Aquí y ahora

Cuando entendés  a muy temprana edad, por diversas circunstancias que propone la vida, el enorme valor del tiempo,  sucede que querés aprovecharlo siempre al máximo. Y quizás, como en la historia personal de nuestra entrevistada, tomes esas decisiones correctas que te ayuden a lograrlo.

Andrea del Rio

10marzo20andydrLicenciada en Periodismo (Universidad del Salvador).  Editora de la revista Clase Ejecutiva (papel), la sección Tendencias (online) y el newsletter #FindeATR (todo, en El Cronista Comercial). Conductora de Cátedra de Estilo, en Radio Monk.

-Cuando eras una nena, ¿qué querías ser de grande?

Quería ser astrónoma. Era fanática de ‘Cosmos’, el programa de televisión de Carl Sagan, que miraba junto a mi tío, responsable también de mi temprana pasión por la lectura: a los 6 años, leía completa la edición vespertina de La Razón. Me fanaticé tanto con la astronomía que ¡hasta hice un curso por correspondencia! Cuando, en la primaria, me costaban las matemáticas y me dijeron que en Astronomía habría mucho de eso… Bueno, se me pasó esa afición. También quería ser buceadora: nado desde muy chica, pero no me conformaba con moverme por la superficie del agua.

¡Los dos extremos: más allá del agua, más allá de la tierra!

Es que no me conformaba: quería ver qué había debajo del agua, en lo oscuro, en lo desconocido. Y con el cosmos era igual: quería saber todo sobre esas inalcanzables estrellas. Hoy me doy cuenta que, en realidad, buscaba conocer el origen de la vida.

¿Cómo decidís estudiar periodismo?

Sabía que lo mío eran las carreras humanísticas, pero no quería estudiar Letras porque buscaba algo de impacto más inmediato: quería saber qué pasaba y contarlo. Por distintas circunstancias personales, desde chica fui consciente de que somos finitos. Y quería vivir muchas vidas diferentes. ¡Todas las vidas posibles! Pensé  que el periodismo me podía dar eso: descubrir personas, culturas,  creencias, realidades, lugares. Pero tampoco me alcanzaba: quería conocerlo y compartirlo.

¡Comenzaste a transitar el maravilloso mundo de “conocer para compartir”!

Así fue. Ser periodista es un privilegio, porque en cada entrevista o nota aprendés algo nuevo, y eso amplía tu formación de manera constante. Ingresé a El Cronista en 2002, y desde 2003 soy editora de Clase Ejecutiva, la primera y todavía única revista lifestyle de un diario argentino. La vi nacer, posicionarse, evolucionar al formato online, ahora sumar un newsletter… Profesionalmente, es una experiencia que agradezco y valoro, porque no es habitual tener la oportunidad de acompañar a un producto desde cero, a tal punto de ser identificada con él. Claro que eso implica, también, el desafío permanente de innovar y renovarse para salir del casillero, porque soy  –y puedo- mucho más de todo lo hecho hasta ahora.

¿Que fue lo que más te gustó comunicar?

Es difícil de responder. No es demagógico decir que cada crónica de viaje, cada entrevista de tapa, cada crítica gastronómica, cada reseña de una obra de teatro… Todo ha dejado huella en mí. Si tuviera que elegir sí o sí, me quedo con las conversaciones que se convirtieron en reportajes de tapa con mujeres inspiradoras, como Andy Clar, de Chicas en Nueva York; o Angie Ferrazzini, la creadora de Sabe La Tierra, la red de mercados sustentables. Son referentes del empoderamiento femenino que me enorgullezco de haber llevado a la portada de un medio que muchos identifican con el género masculino.

¿Tenés algún proyecto pendiente de concretar?

Siempre estoy en búsqueda. Así nació Cátedra de Estilo, mi programa de radio, en 2014, como una excusa para charlar durante una hora con un solo invitado. La intención del ciclo semanal (que este año estará disponible en formato podcast y canal de YouTube) es ponerle ‘humanidad’ a los referentes de la cultura emprendedora. Porque se suelen contar las historias de éxito, pero a mí me resulta más interesante conocer sus aprendizajes dolorosos, costosos y hasta graciosos, para desmitificar que sólo unos pocos tienen el fuego sagrado necesario para hacer su sueño realidad.

¿Tenés alguna frase que te acompañe siempre?

Aquí y ahora. Practico yoga y taichí desde hace muchos años. Pero fue con el mindfulness que pude realmente integrar en mi vida cotidiana la importancia de estar presente. Tengo claro que puedo mucho, pero no todo y mucho menos al mismo tiempo. Sin embargo, confieso que todavía, perfeccionista como soy, tengo que reconciliarme con la idea de que lo ideal no existe, y que el bienestar llega cuando una acepta que hace lo necesario más lo posible.

¿Que representan estos ases?

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Visión: Es el foco y el propósito. Pero ojo: siempre flexible. A la visión hay que darle aire y soga, como a un barrilete

Pasión: Es el entusiasmo, la energía, las ganas. A veces arden, a veces languidecen: lo importante es que no se apaguen.

Creatividad: Es ser curiosa, asumir las ganas de explorar y animarse a  salir de la zona de confort.

Perseverancia: Constancia,  persistencia, tesón. También saber perder. Y volver a empezar.

Te propongo una mano de nuestro Póker de Ases

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Tolerancia: Es sinónimo de comprensión, de empatía, de compasión. Cuando entendés que el otro es tu espejo, aprendés a aceptar y respetar.

Éxito: Es vivir en modo presente, estar conectada con el ahora. También, amarse, respetarse, cuidarse, mimarse, entenderse, perdonarse, elegirse.

Curiosidad: Es la carta que signa no sólo mi profesión, sino mi manera de ir por la vida. Conocer profundamente a personas muy distintas de mí me parece la experiencia más fascinante.

Actitud: Es el tono y la  predisposición vital. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, tu actitud siempre se transparenta.

Responsabilidad: Es una virtud engañosa, a la que hay que mantener a raya.   

¿Creés en la suerte?

Considero que es una gran aliada. Y que existe para todos, aunque hay que estar dispuesto a esperar que aparezca. Siempre será en el momento perfecto. Asumirlo es un gran ejercicio de humildad.

¿Con cuál de los ases te sentís identificada?

¡Actitud! No es uno de los ases, pero es una de las cartas del mazo.

Entre la enorme cantidad de características y cualidades que representan a Andrea del Rio, destacamos la convicción, esa que desde siempre la hizo buscar su camino, mirar con empatía, actuar con sororidad, ser fiel a sus principios, entrar en acción, ir tras sus sueños, saber que se puede… ¡Y que el tiempo es hoy!

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