Por Rodrigo Agüero ||
Yurii Diudin
El embajador de Ucrania en Argentina, S.E. Yurii Diudin, recibió a DNN en la embajada.
En vísperas del 25 aniversario de la independencia de Ucrania (el 24 de agosto de 1991) tuvimos oportunidad de preguntarle al embajador acerca de esta importante conmemoración, acerca de los ucranianos y acerca de los proyectos tecnológicos con Argentina.
La pregunta que me hacen muy a menudo es: ¿por qué solamente 25 años?
Y yo digo que Ucrania y el pueblo ucraniano tienen miles de años de historia. Hace mil años existía el Rus de Kiev, uno de los estados más poderosos de la Europa medieval, rival de Constantinopla (capital del Imperio bizantino). Y los príncipes de Kiev tenían parentesco con los reyes europeos.
A causa de los invasores, a partir del S.XIII Ucrania dejó de existir como estado, y durante muchos siglos estuvo dominada por diferentes potencias extranjeras. Por ejemplo, el territorio ucraniano por momentos formó parte del imperio polaco-lituano, del imperio austro-húngaro, posteriormente del imperio ruso y, ya en el S.XX, de la Unión Soviética.
Ucrania también tuvo un breve período de independencia luego de la revolución rusa de 1917 (con la caída del zarismo). Se declaró independiente en 1917 (como la República Popular de Ucrania), pero eso duró hasta 1920.
Luego de la desintegración de la URSS en 1991, Ucrania quedó nuevamente libre. Fueron 15 repúblicas que conformaban la URSS, que pasaron a ser países independientes.
Por eso hablamos de los 25 años de la independencia de Ucrania, recordando que el pueblo ucraniano tiene una historia muy antigua. Y esta fecha es muy importante porque el pueblo ucraniano siempre soñaba con tener un estado independiente. Aún cuando Ucrania estaba dividida o dominada, el pueblo siempre soñaba con tener un estado soberano. Y esto se concretó hace solamente 25 años.
¿Puede comentar algo acerca de los proyectos tecnológicos que hay con Argentina?
Ucrania heredó -de lo que era la Unión Soviética- una buena parte de la industria pesada y también de la industria tecnológica. Esto nos permite desarrollar y construir equipos tecnológicos y venderlos en el mundo.
Aquí en Argentina hay 19 turbinas hidráulicas que están en operación en las centrales hidroeléctricas de Salto Grande, Piedra del Águila y Nihuil IV, que suman una potencia instalada de 3382 MW (o sea mas de 30% de la potencia hidráulica total con que cuenta el país). A esas turbinas se las puede recapacitar / modernizar, sin hacer grandes inversiones, y así lograr aumentar su potencia en un 6% o un 10%. Ya lo hemos hecho en turbinas que funcionan tanto en Ucrania, como en otras partes del mundo (por ejemplo, en Vietnam, India, Kazajistán, etc.), de modo que tenemos la experiencia y lo estamos planteando ante las autoridades operadoras de las centrales mencionadas. Por ejemplo, en el caso de la binacional de Salto Grande, el productor ucraniano de las turbinas ya ha presentado su propuesta y la Comisión Técnica Mixta la está evaluando.
Para algunos proyectos buscamos soluciones que puedan ser ventajosas en contextos en los que hay problemas de financiamiento y de inversión, como ocurre actualmente en varias partes del mundo.
También tenemos proyectos relacionados con transformadores de potencia para líneas de transmisión eléctrica (docenas de transformadores fabricados por la empresa ucraniana ¨Zaporizhtransformator¨ funcionan exitosamente en diferentes centrales eléctricas del país, por ejemplo, en las binacionales de Salto Grande y Yacyretá). Y también proyectos relacionados con generadores a gas, que son de avanzada, y cuyo fabricante en Ucrania es líder en esa tecnología. Asimismo, hay proyectos relacionados con FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones), que involucran motores para helicópteros y también aviones de entrenamiento (proyectos que actualmente están en estudio por el Ministerio de Defensa de Argentina).
¿Y en materia espacial? (Argentina tiene un ambicioso Plan Espacial)
Ucrania es uno de los pocos países del mundo que son potencia espacial. Nuestros cohetes lanzadores ya fueron utilizados en muchas ocasiones. Por ejemplo, en el Sea Launch (servicio multinacional de lanzamiento ecuatorial de satélites comerciales desde plataformas marítimas móviles, integrado por compañías de Noruega, Rusia, Ucrania y EEUU, con más de 30 lanzamientos desde el año 1999), y estamos cooperando con las agencias europea y de EEUU.
En Argentina, hemos tenido reuniones con la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) y con el Ministerio de Defensa. Hay varias propuestas, y hay posibilidades de cooperación conjunta.
Ucrania tiene el know-how, la experiencia y la tecnología para implementar ciclos completos en proyectos espaciales. Tiene satélites y lanzadores, pero dado que no posee zonas geográficas propicias para los lanzamientos, busca asociarse con otros países.
¿Quisiera comentar algo acerca de la comunidad de ucranianos en Argentina?
El día a día de la comunidad ucraniana me llena de orgullo. Por un lado, lo que llamamos la cuarta ola de inmigración de ucranianos llegó a Argentina en los años 90 (algunos siguieron viaje hacia el norte, principalmente hacia EEUU y Canadá, y una pequeña parte de ellos se quedaron aquí en Argentina). Pero en su mayoría, la colectividad está compuesta por descendientes de los ucranianos que vinieron anteriormente, a fines del S.XIX y principios del S.XX, y luego en las inmigraciones a lo largo del S.XX.
De modo que, siendo mayoritariamente terceras y cuartas generaciones, mantienen viva el alma ucraniana. Mantienen las tradiciones y la cultura. Están perfectamente integrados a Argentina, pero recuerdan sus raíces, y eso es muy importante, porque se interesan por lo que ocurre en Ucrania. Si tienen la posibilidad hacen un viaje a Ucrania, y sino se informan acerca de los asuntos de Ucrania. Y contamos con las redes sociales para difundir rápidamente y efectivamente todo lo que sucede. Los ucranianos somos gente trabajadora y pacífica. Y Argentina es un país que congrega una de las mayores colectividades ucranianas, aunque no es la mayor. Las mayores colectividades están en Canadá, EEUU y Australia.
Aquí ya han comenzado los festejos por el 25 aniversario de la independencia. Hubo festejos en la provincia de Chaco y habrá en la provincia de Misiones. En Buenos Aires, el día 24 de agosto habrá una ofrenda florar al Gral. San Martín, porque los ucranianos que viven aquí son argentinos de origen ucraniano, y de esta manera agradecen al libertador. Asimismo, en septiembre tendremos una serie de eventos culturales y diplomáticos para festejar este aniversario.
¿Quisiera mencionar algo acerca de las metas y las motivaciones del pueblo ucraniano desde la perspectiva de estos últimos 25 años?
En estos 25 años de independencia hemos tenido dos períodos bien diferentes. Los primeros 23 años de desarrollo más o menos sostenido, siendo un estado independiente, aunque en muchas cosas dependiendo de Moscú. Y en los últimos dos años y medio, un escenario totalmente diferente, en el que Ucrania quiere elevar el nivel de vida de los ucranianos hacia los niveles europeos.
Y para eso estamos trabajando. Como dijo el presidente (Poroshenko), tenemos hasta el año 2020 para hacer las reformas necesarias. Estamos ordenando un sistema que era muy burocrático y muy pesado. Las reformas incluyen a la justicia, la policía, el sistema tributario, etc. Podríamos hacerlo mucho más rápidamente si no tuviéramos el problema de tener que defender la soberanía de Ucrania al mismo tiempo.
En los últimos dos años y medio Ucrania ha cambiado mucho. Excepto en las zonas donde hay conflicto, realmente no se nota que haya problemas. En Kiev, Odessa, Lviv y en otras ciudades todo funciona maravillosamente, como en Europa. Hay mucha gente en todas partes, hay restaurantes llenos, etc. Incluso, hoy en día uno ve a muchos ucranianos que visten las camisas bordadas tradicionales, un símbolo de identidad, que antes no se veía habitualmente en las ciudades.
Acaso los sueños de libertad milenarios forjan, inexorablemente, la identidad de un pueblo.
¡Saludamos a todos los ucranianos y celebramos con ellos este aniversario!
